sábado, 23 de abril de 2016

TAMALES DE MARCA

Ha caído la noche y Guadita me dice que se le antoja un tamal, ¿un tamal?; sí, un tamal. Busco rápidamente en Google la sucursal más cercana de la “Flor de lis” pero el buscador de Larry Page me dice que a esta hora ya se encuentra cerrado. Recuerdo entonces que sobre la subida del Ajusco se coloca un vendedor semifijo de la marca “Tamalli” pero oh, decepción, hoy no ha instalado sus vaporeras frente a la conocida panadería del elefantito. Afino el oído en búsqueda del clásico: “ya llegaron sus ricos y deliciosos tamales oaxaqueños, acérquese y pida sus ricos tamales oaxaqueños, hay tamales oaxaqueños, tamales calientitos; pida sus ricos tamales oaxaqueños” un pregón grabado por el veracruzano Elías Zavaleta que se ha convertido en el perifoneo icónico de estos productos en la selva de asfalto, pero no; hoy el espacio sonoro de la gran urbe adolece uno de sus sonidos característicos.


La añoranza de los tamales me lleva en el tiempo al puesto inmediato al mercado de la colonia Postal, en la esquina de Castilla y Ahorro Postal con largas filas para surtirse de sus tamales y es que aquí, un tamal de verde con pollo contiene ¡una pierna de pollo! Más inmediato a nuestro hábitat se ubica el puesto mañanero de don Goyo y su familia (se van turnando para atender el puesto, me informa Guadita muy atenta al tránsito capitalino) ubicado en la carretera Picacho Ajusco y Tenosique, junto a la panadería Saturno, solo que a esta hora ambos puestos han levantado sus bártulos.

¡Mi reino por un tamal! Clama Guadita y nos enfilamos al centro de Tlalpan porque ahí hay un “Café de la Selva” y venden los chiapanecos tamales de chipilín, me confirma mi compañera. Se ha hecho adulta la noche cuando llegamos por el centro de Tlalpan de tan gratos recuerdos, nos acomodamos en el café de marras y decepción total: los tamales se han agotado por este día, el rostro de aflicción de Guadita es evidente.


Quien dirían que al final de cuentas un meme me salvaría la vida, oh la magia de las redes sociales; hacía referencia a la nueva línea de tamales de “La Costeña”. En efecto, los congeladores de los supermercados ahora cuentan con las cinco variedades de tamales de la empresa enlatadora, listos para calentar en el microondas y ya está. Aunque los tamales envasados y con marca no son una novedad porque ya antes la marca “El trébol” los había colocado en las tiendas de autoservicio, los tamales de “La Costeña” han puesto todo el trabajo mercadológico en favor de este nuevo producto. Yo, esperaré a que alguna marca innovadora, ofrezca las “guajolotas” para microondas.

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